miércoles, 11 de diciembre de 2013

ELLOS SON NOSOTROS


Los más conocidos aparecen en televisión, ocupan espacios en la radio o son portada en cualquier periódico. A los que tienes más cerca los ves por la calle, en el centro comercial, en el cine, tomando un café en cualquier bar o cenando dos mesas más allá de la tuya en un restaurante. Si no me hubieran enseñado modales me habría dado de ostias con cualquiera de ellos en cuanto hubiera tenido posibilidad. Ganas no me faltan. Supongo que como a ti. El desprecio que les tengo me nubla la razón, y muchas veces me sueño entrando a patada limpia en cualquier sitio donde pongan su sucio culo de hijo de puta usurero, para ajustar cuentas y limpiar este mundo a paso de guillotina, cuál jacobino. Y se acabó la historia.

Pero cuando la escena acaba y con esa sonrisa homicida me relamo la baba, las pocas neuronas que me funcionan reclaman una mirada más sosegada. “¿Y luego qué, tío? ¿Quién ocupará su lugar?”, me pregunto. Y entonces me sobreviene el bajón, después de tanta euforia, cuando distingo a los personajes que ocuparán esas portadas pasado mañana.

Porque también están en todas partes. Andan en el supermercado, en las tiendas, en las plazas, los parques o en cualquier centro comercial. En un partido de fútbol, en el cine, en un concierto. Van andando, ó en bicicleta. Algunos en moto. Pasean a nuestro lado constantemente, de nuestra mano ó de la mano del ligue de turno. Y los amamos.

Los amamos, aunque les importe una mierda lo que le pasa al vecino con el que se cruzan en el ascensor. Los amamos. Les damos veinte o treinta euros, y sin saber de dónde han salido se los funden un sábado en apenas diez minutos en la sección de licores de cualquier supermercado. No conocen a Tintín, ni al Principito, ni mucho menos a Alonso Quijano. Escriben vaca con be, y toman la palabra con un simple “no me rayes”, mientras consumen e imitan el insulto, la intolerancia, el individualismo, la egolatría, el egocentrismo y el hedonismo imbécil de cualquier subnormal inflado y depilado que aparece en televisión. Como ves, si entro en detalles analíticos, me deprimo.

Los hay más preparados, no te creas, y nos dicen los que les tratan, que ya apuntan maneras. Éstos llegan al colegio bilingüe en el Q5 de tu vecino que es su padre, el cual tiene tanta pasta como para pavimentar la Castellana con billetes de cinco euros, si le sale del bajo vientre. Son delegados de clase. Estudian inglés, francés ó alemán, tocan el piano y participan en competiciones de gimnasia rítmica. En verano realizan intercambios con niños ingleses que viven en Chelsea, y han estado una o dos veces en Disneylandia en el último año. No conocen la palabra desigualdad, ni entienden qué es la justicia, luchar por tus derechos ó los de los demás. Eso les importa una mierda, mientras pueda ir a esquiar a Baqueira con su primo. Y los queremos. En fín, ya ves. Yo tengo muchos ejemplos, por lo que te dejo escoger los tuyos. Los hay para dar y tomar.

No sé de dónde coño han salido todos los cabrones miserables que nos han jodido y nos siguen jodiendo la vida. Pero me lo puedo imaginar: del mismo lugar del que saldrán los que van a joderlo pasado mañana, otra vez, si no lo remediamos. Y yo callo y otorgo. Porque también soy culpable. Algunos de estos casos o muy similares ocurren en mi ciudad, en mi barrio y por desgracia también en mi casa. ¡Esta es la fauna, chaval!, como dice uno de Carabanchel. Así que no te escondas, que es la tuya también.

Pero puedo adivinar que te molestará lo que estás leyendo y me dirás que no. Que esto no va contigo y que tú no tienes la culpa. Que en tu casa se fomenta la solidaridad, el respeto, la creatividad, el valor por las cosas bien hechas, por el esfuerzo. Se propugna el honor, la honestidad, la sencillez, la inteligencia y el conocimiento, y todas esas cosas. Perfecto entonces. Aceptamos barco. En realidad es una grandísima noticia para todos. Tendremos un honesto futuro banquero que no nos clavará unas preferentes, o quizá un político comprometido que construirá colegios en vez de aeropuertos para pájaros y culebras.

Aunque debes permitirme la desesperanza, ya que el texto es mío y tengo mis razones. No conozco un español que no vea antes la paja en el ojo ajeno que la viga en el suyo. Este es mi país y el tuyo. Somos tú y yo. Yo sólo trato de decirte que lo pensemos un minuto antes de que la semana que viene, por poner un ejemplo simplista, corramos al Corte Inglés y le llenemos la habitación de juguetes el día de Reyes. Porque todo esto empezó en casa de nuestros padres, en la tuya y en la mía, y no en Lehman Brothers.

He llegado a la conclusión de que para entender todo lo que está pasando, quizá solamente tengo que saber separar al personaje de la persona. Y es ahí, donde es posible que me encuentre a mis padres o mis abuelos, a mis tíos, a mis vecinos, amigos ó a cualquier desconocido con el que me cruzo todos los días. Por supuesto a mí mismo, y a mis hijos. Puede que si lo hacemos, no nos haga falta leer el Expansión para conocer el porqué ó el cómo.

Si pasado mañana me encontrara con otra pancarta que rezara “No nos representan”, no soportaría tener que agachar la cabeza y decirme que es mentira, que sí nos representan. Que ellos son nosotros y nosotros somos ellos.

Saludos.


miércoles, 24 de julio de 2013

VIVIR IMPROVISANDO


Subí del baño aún extasiado. En la barra, cada vez más atestada de gente, Marta me esperaba con dos nuevas cervezas y con esa mirada lasciva que siempre pone después de follar, mientras reponía su color de labios. Sonreí y comprendió que vivía en su tela de araña. Respiré hondo y me bebí la cerveza casi de un trago. Le dije que tenía prisa pero insistió en que me tomara otra. Había quedado con una amiga y quería presentármela.
-¿Marcos, cariño,… no me dijiste que hoy saldrías tarde? Si lo llego a saber no anulo lo de la agencia. Al final, nos quedaremos sin vacaciones, Marta, te lo digo yo... ¿Pero qué coño haces aquí?
Marta me miró, pero esta vez no sonreía. Supongo que estaba esperando que cumpliera lo prometido.


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Siempre me tomo una birra en el irlandés de la esquina antes de coger el bus de camino a casa. Hay buen ambiente y las pintas son espectaculares. El bar estaba tranquilo esta tarde. Cuando aquella morena entró, todos en la barra pensamos lo mismo aunque de diferente forma.
-¿Es de alguien el Corsa rojo que está ahí fuera, por favor?-dijo desaforada.
Me levanté del taburete como una exhalación y me fui hacia ella, con la birra recién servida. Estaba demasiado buena como para dejar pasar la oportunidad y hoy me encontraba de suerte.
-Sí, es mío, guapa ¿En qué puedo ayudarte?
Me esperaba una sonrisa inicial de alivio que me facilitara el camino, pero me encontré con una buena hostia y unas palabras de recomendación.
-Deja en paz a mi madre, depravado hijo de puta.
Y se fue.
Cuando salí, el del Corsa no estaba.


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Cogía siempre el metro dos paradas después de la mía. Ayer la volví a ver. Camino a casa no conseguí apartar la mirada de ella ni un instante y perdí la noción del tiempo pensando en cómo sería su vida, a qué se dedicaría ó dónde viviría. Si tendría pareja, si sería feliz con ella ó si estaría dispuesta a todo. Como yo. Sólo sé que es preciosa. Posiblemente se llame Lucía. Es un nombre ideal para una mujer así...

Cuando volví a la realidad, ésta me golpeó con dureza. La rutina y los planes pre-establecidos me esperaban tres paradas más allá, a escasos seis minutos. Facturas por pagar, vacaciones por contratar, fiestas de cumpleaños para los niños, el coche que llevar al taller…Quedaban dos minutos menos. Se bajó del tren y sentí que mi vida se iba con ella. Me levanté asustado y forcé las puertas que ya se cerraban atrapándome en mi propia vida. Conseguí abrirlas ante el asombro del personal y el mío propio, y salí tras ella.

Subió a la calle y entró en una tienda de ultramarinos chinos. Compró unas cuantas cosas y comenzó de nuevo su camino. Supongo que se dirigía a casa. A la suya o a la de otra persona. Quizá alguien la esperaba para cenar y para hacer el amor de nuevo sobre el sofá de casa, o quizá iba a cocinar algo para celebrar un día especial con su madre o puede que con su hijo de siete años. Seguí sus pasos hasta un portal dos calles más allá. Me di cuenta de que no vivía lejos de mí y eso me hizo pensar que formaba parte de mi vida desde siempre. Esperé en la esquina a que entrara y me acerqué a la casa. Tenía un pequeño jardín, con cuatro macetas. Austero pero muy moderno.

Decidí entrar notando como el corazón se aceleraba demasiado. Tragué saliva y respiré hondo. No tenía ni puta idea de lo que estaba haciendo allí, pero tampoco tenía ganas de irme. Llamé al timbre...

UN DIA DE PLAYA




-¡Rubén, ven aquí que te pongo un poco más de crema! Oscar, vamos a dar un paseo hasta el muelle, ¿os venís? Ya verás como al final le sueltan en dos días…En este país ya se sabe. ¡No hay más que sinvergüenzas! No Pili, yo me quedo.

-¡Luis, deja en paz a tu primo que no sabe nadar todavía! ¿Nos damos un baño, peque? Estoy super acalorada… ¡Coca-cola, naranja, limón! ¡Coca-cola, naranja, limón! Vale. Al final necesitaremos un poco más. Es que esta noche vienen unos amigos de Barcelona. ¿Puede ser? Yo también. Id vosotras.

-Paco, ó se lo dices tú, ó se lo digo yo, que a mí me da igual. Pero es que ¡joder con tu hermana!, ¡es que se sienta y no se mueve! A ver qué se ha traído de comer hoy… ¡Aquí no, Marcos, joder! ¡Aquí no, estate quieto, que nos va a ver todo el mundo! Has visto el modelito que me lleva la Lola…

-Hola, chicas, ¿qué tal? Nos conocimos ayer en el River, ¿os acordáis? Este es mi colega Oscar. ¡Y luego tú no pagues los seguros sociales, que te meten un puro a la mínima!… Anda, pon otra ronda aquí, guapa… ¿Has visto a esos dos de ahí? Espera, que lo voy a pillar en video, ya verás… ¡Messi, defraudador, confirma el borrador!

-Te lo cuento porque no me aguanto más,… ¿Te acuerdas del italiano de ayer en la terraza del hotel? ¡Me dió su teléfono y su número de habitación, tía!…Y Jorge y vosotros al lado… ¿no te diste cuenta? ¡Y es que está como un tren, Pili! ¡Eso! Jajajajaa…A ésta la cogía yo, Paco,…madre mía, si es que aquí te pones enfermo… ¡Joder!, ¿Qué tetas tiene la tuya, tío? ¡Oh, my god, there are many people here, Rod! ¡Vaya michelines, y se creerá que va guapa!

-Pásate por el chiringuito luego, suelo estar desde las ocho y media más o menos. A ver qué podemos hacer. Pero esta vez te va a salir más caro, chaval…Yo soy Lola. Venimos de Cáceres ¡Coca-cola, naranja, limón! ¡Coca-cola, naranja, limón! ¡Qué vergüenza peque…vete más al fondo, joder!,….¡oh dios!… Chicas, hoy follamos. He quedado con los de ayer de la discoteca.

-Tenemos que venir solos un día, socio! No tenemos por aquí un cliente? Pues hay que hacerle una visita ya… Mándamelo, que se lo voy a enviar al Pere…Va a flipar! Yes, It´s oppressive!!! ¡Fuck! There are a lot of sunshades and I can´t to sunbathe… ¡Ya podían tener a los niños un poco más controlados, joder! Laura, mira, está ahí… ¿No es ese del bañador rojo? ¡Niño, vete un poco más para allá, hombre!

-¿Con el de los tatuajes que te tocó el culo y el otro de los ojos azules? Ándate con ojo Jorge, que las pibas son muy listas… Eso, eso, jajaja….Chicos, le tengo localizado. Os espero aquí en diez minutos. Cambio y corto. Pues el otro me gusta más.

-Venga, vamos a darnos un baño…

miércoles, 17 de julio de 2013

A TU CINTURA



Si en dos frases quisiera definirte sus besos
Ni los clásicos griegos me darían consejo
Puede que solo diga,
¡Que les debo la vida…!
Que mi sed no la calma ninguna bebida
No, ninguna bebida.
…………
Si en dos versos contara a que sabe su cuello
No sería un poema que llevara mi sello
Señor juez, lo confieso…
¡Son mi droga sus besos…!
Y que es sólo de ellos de quien quiero estar preso
Sí, de quien quiero estar preso
…………
…………
Si me ves, buscando entre los cubos de basura
Entre tanta usura…
Despiértame, y llévate a dormir esta locura,
a tu cintura
…………
…………
Si existiera una luz como la de sus ojos
No estaría en penumbra este bosque de locos
¡Es al sol donde viajo…
Cuando caigo en sus brazos…!
Que entre ellos se curan estos navajazos,
Sí, estos navajazos
…………
En un mundo que tiene las estrellas tan lejos
Su cuerpo, un catalejo, que acerca su reflejo
En mi mente se cuela…
Cuando apago las velas…
Que si no está conmigo mis mares se hielan,
Sí, mis mares se hielan
…………
…………
Si me ves, buscando entre los cubos de basura
Entre tanta usura…
Despiértame, y llévate a dormir esta locura,
a tu cintura

(A Leti que derriba los muros de mis laberintos…)

martes, 28 de mayo de 2013

SIN TETA, NO HAY PARAISO (ó sobre lo que significa la Crianza Natural)


Queridos papás,

Ya sé que es complicado entender que con dos años pueda escribir esta carta. Pero, ¡coño!, ponerle la mitad de imaginación, paciencia y esfuerzo que cuando me obligáis a engullir los putos potitos de mezclas imposibles e indeseables de cada día, y seguro que lo conseguís.

Llevo dos años en este mundo loco e injusto y ya voy enterándome de cómo va el percal, aunque no os lo creáis. Y tengo que deciros que sois unos egoístas. Sí mamá, no pongas esa cara de sorprendida. ¿Que por qué lo digo? Pues preguntadle a los padres de Luisito, el hijo de los vecinos del cuarto, y seguro que lo entenderéis rápidamente. Aunque yo os lo explico, tranquilos…

Punto uno.

Luisito está encantado de la vida. Desde que nació se ha pegado unos festines de teta que alucinas. Ya casi tiene tres años y todavía se pone “morao”. Pero yo no. Con lo que a mí me gustaba comer de la teta… ¡Qué buena estaba la leche! Y qué feliz que me sentía en tu regazo, mamá, calentito y protegido de todo… En fín, una pena. Y todo porque me apetecía comer a cualquier hora, incluso por la noche. ¿Cómo no me va a apetecer quedarme dormido con la teta en la boca, saboreando esa leche tan rica? ¡A quién no! No lo conozco pero te puedo asegurar que es como estar en el Paraíso. ¿Cómo lo llaman? ¿A demanda?...Pues sí, a demanda mamá, a demanda.

¡Joder!, ¿es que vosotros no coméis cuando tenéis hambre? Pues yo también, coño! Pero nada, a los cuatro meses, el gilipollas de la bata blanca, que ni me conoce y siempre me pone de mala ostia, os dijo que me metierais en la boca un artefacto que sabe a plástico y que suelta la leche a chorros “porque así soltará la teta y es más cómodo para todos”. En ése “todos”, lógicamente entendí que no entraba yo, claro. Eso sí, es más importante dormir a pierna suelta, verdad papá?... Ahí empecé a entender en qué consiste ser un bebé.

Y claro, al final te acostumbras como se acostumbra papá a levantarse todos los días por la mañana: porque no hay más remedio.

Punto dos.

Luisito duerme con sus papás en la cama. ¿Te suena raro mamá? Pues yo digo que vaya suerte que tiene el Luisito! Dice que se despierta por la noche y su mamá le abraza y si no se consigue dormir, le da un poco de teta en la cama! ¡El no va más del placer, vamos! ¡Así cualquiera! Pero yo no. Yo me tuve que ir a mi habitación a los siete meses a dormir solo en una especie de jaula como la que tienen los leones del circo donde estuvimos el otro día. Ya entiendo por qué estaban tristes y se enfadaban y gruñían tanto… Normal, no mola nada dormir solo. No hay teta, ni nadie te abraza, y a veces hace frío…

Y encima, ¡me plantáis un peluche comiéndome la jeta! ¡Así no hay quién duerma, mami! Pero como tampoco hay remedio, pues te vuelves a acostumbrar, claro. Bueno, porque no hay remedio y porque me quedaba sin fuerzas de tanto llorar y patalear y claro al final, me quedaba sopa. Y vosotros como si nada, como el que oye llover.

Luego Luisito me ha contado que la culpa de todo la tiene un tal Estivill que tiene un método infernal para dormir a los bebés, que se llama “Duérmete niño”. Y que al parecer, muchos padres lo utilizan. Los míos entre ellos, parece.

“Jódete, niño”, diría yo. Maldito bastardo reprimido el tal Estivill. Otro más, que os ha comido el tarro, mamá.

Punto tres.

Aquí habéis rizado el rizo, creedme. ¡Qué tortura! Mientras vosotros os coméis el pan, las judías, el pollo o los guisantes como dios manda, a mi me toca el puto potito. Que sí, que me dirás que también lleva pollo, judías y guisantes, pero qué quieres que te diga, no lo veo por ningún sitio, y más bien sabe a rata y a caca de oveja. Pero la sociedad del consumo y de las normas pre-establecidas, os la ha vuelto a meter doblada. Potitos y más potitos. Y algunos a hacer caja con mi sufrimiento.

El otro día la mamá de Luisito me dió un trozo de pan y ¡joder!, ¡es que no hay punto de comparación! Y además mamá: que no soy gilipollas! Que por mucho avioncito que me hagas ya sé dónde acabará esa cuchara, y paso. En definitiva, tengo dos opciones, o llenarme la tripa hasta arriba de pota para que me dejes en paz, o quedarme sin comer e irme a dormir a la jaula, solo y con el peluche de los huevos mirándome con los ojos saltones. Todavía no he decidido cuál es la peor opción, te lo garantizo. ¡Pero es que os creéis que tengo el estómago de Obélix! Y en serio mamá, si cierro la boca es porque no tengo hambre o no me gusta la puta papilla, que no es por joder…hazme caso y dame un par de guisantes, a ver a qué saben, porfa….

Punto cuatro y concluyendo, que voy teniendo sueño.

Queridos papás: tengo solo dos años, o casi. Seguramente la sociedad en la que vivís y en la que voy a vivir, os haya convencido de lo contrario durante décadas, pero no os estoy poniendo a prueba, ni estoy desafiando las normas, ni sé más que los ratones coloraos, ni gilipolleces de esas, que por cierto, me da la impresión que los ratones de ese color, ni existen. Sólo soy un bebé, un niño pequeño de dos años.

Si os dicen que es mejor que duerma solo, no os lo creáis. Me encanta teneros a mi lado y sentirme protegido porque sé que estáis ahí, y si me duermo, no me pasará nada.

Si os dicen que no me abracéis cuando me queje o llore porque me acostumbraré a los brazos, entonces creéroslo, pero por eso no dejéis de hacerlo. Ni ahora, ni nunca. O algún día le pediré a otra persona esos abrazos y ya no necesitaré los vuestros.

Si no me como la papilla para perros, ni me bebo el biberón con agua y polvos, ni los cereales insípidos, ni todas esas mierdas que venden para engordar pollos, tranquilos. No voy a morirme de hambre. Tengo una cosa que se llama instinto que me empuja a alimentarme, como a vosotros. En serio, ¡como los leones del circo!. Confiad en mí y ayudadme a aprender disfrutando. Si realmente queréis hacer algo por mí, dejadme y enseñadme a disfrutar de la comida con vosotros, igual que vosotros. ¡A mí también me gustan los tallarines!

No quiero joderos la vida o complicaros la existencia. No estoy todo el día pensado en romper cosas ni disfruto electrocutándome o dándome ostias cada dos por tres, os lo aseguro. Así que no me peguéis en el culo, que encima lo tengo cagao...

No estoy aquí por decisión propia, por lo que si me acompañáis a conocer, a experimentar y aprender cada día más de este asunto de vivir, os lo agradeceré siempre y trataré de aprovecharlo.

Si tiro un florero, el primero que se asusta soy yo.

Y si luego lloro, es porque quiero que mamá me coja, me abrace, me haga reír y me llene la cara de besos, como hace papá contigo cuando tú también te pones triste.

Mamá, papá…creedme, sin teta, no hay paraíso.

“Nos educan para ser productores y consumidores, no para ser hombres libres”.
JOSE LUIS SAMPEDRO