viernes, 2 de noviembre de 2012

DIA DE DIFUNTOS


Diez y trece de la mañana. Día de difuntos.

Julia, su hijo Luis, y Ana se encuentran camino del cementerio, ramo de flores en mano.

-“Hola Julia, buenos días, cómo estás? Y tu debes ser Luis, verdad? El tiempo que llevaba sin verte, guapo!!”
-“Hola Anita. Pues sí, desde que nos mudamos, coincidimos poco, la verdad. Y vosotros qué tal?”
-"Muy bien. Voy para el cementerio que tengo a toda la familia allí. Están también los de Barcelona, que acaban de llegar. Ha venido mi hermano Jose, el músico. No sé si te acuerdas de él?”
-“Sí, bueno, sabía que uno de tus hermanos vivía en Barcelona, pero no le pongo cara, la verdad. Hace tantos años…”
-“Claro, es lógico. Desde que murió mi padre no había tenido la oportunidad de venir. Si es que está tan ocupado el pobre con las clases y los recitales… ¿Sabes?, mañana actúa en Madrid, en no sé qué Festival. Salió en la tele y todo…Ha sido una casualidad que coincida con estas fechas…Estamos muy felices de volver a juntarnos todos.”
-“Claro, es verdad… En fín Anita, que me alegro verte. Cuídate mucho y saluda a tus hermanos”.
-“De tu parte. Adiós!”


…………

-"Odio este día Luis, te lo juro. No hay nada más que falsedades. Esta gente, por ejemplo, llevan tanto sin verse porque ni se aguantaban antes, ni mucho menos ahora. No se han juntado en cuatro años y me extrañaría que hoy vinieran todos. Qué mentirosa es esta mujer, por dios! ¿Y el músico? Ja! Ese le sacó a su padre hasta los ojos para que le pagara los estudios en Nueva York y luego cuando se mudó a Barcelona, le tuvieron que avisar porque su padre enfermó de cáncer, y vino un año después al entierro y porque no tenía más remedio. Y ahora viene por lo que viene, no te joroba! Pero es porque “está muy ocupado con las clases y los recitales”… Qué gente!”

…………
Julia llega con Luis a la sepultura de Ángel, su marido. Alrededor, ya hay mucha gente y el griterio es propio de una barra de bar.

-Buenos días.
-Hola Julia, buenos días. Luis, cómo estás?
-Hola Alfredo.

……………
Julia coloca un ramo de flores muy discreto en el centro de la lápida. Sin mucho aspaviento y entusiasmo, se santigua.
…………….
Una mujer con enormes gafas de sol entra en escena, ramo de flores en brazos. Pelo negro, liso y al viento. Uno ochenta de estatura. Piernas esculturales. Labios pintados de rosa. Fular rojo y vestido negro ceñido. Escote provocativo. Joyas a go-gó. Tacón de aguja y bolso a juego con los zapatos. Julia mira para otro lado, nerviosa.
Alrededor, expectación y mucho murmullo.
La misteriosa mujer coloca lentamente el ramo y sin quitarse las gafas dirige una mirada seria pero complacida a Julia y Luis. Saluda educadamente:

-“Buenos días”.


-"Hola". Julia contesta y baja la cabeza.

La mujer da media vuelta y sale despacio por el pasillo central. Ahora sólo es el sonido de sus tacones alejándose el que gobierna la escena...

Julia mira alrededor avergonzada y enciende compulsiva un nuevo cigarrillo.

“-Quién es esa señora, mamá?”

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