martes, 30 de octubre de 2012

DESAHUCIO (Un Plan Perfecto. 2ª parte)


Lunes. Julián sube al ascensor como cada día. Algo rutinario. Pura y dura rutina. Pero hoy no. Ocho y doce de la mañana. Octavo piso. Hoy le acompaña un cosquilleo en el estómago y un sudor frío que recorre toda su nuca. Hoy es diferente. Pulsa tembloroso y el ascensor comienza su descenso. “Al infierno, por favor…”-piensa irónico.


Con la mirada fija y perdida al frente, la luz del número 4 se enciende. Mira su reloj y sonríe complacido. Es él. Estaba seguro que era él. Ocho y trece. Una sonrisa aparece en su rostro y la ira enciende sus mejillas. Rebusca rápidamente en el bolsillo de la chaqueta y repasa el plan mentalmente. Dentro de unos segundos todo se habrá acabado.

.....

Lunes. El sonido estridente del timbre del portal asusta a Luis que recorre aturdido el pasillo mientras el timbre vuelve a sonar impertinente. Al llegar a la puerta, recula y espera unos segundos antes de abrir. Mira hacia atrás, buscando el apoyo de la retaguardia, pero está sólo y debe tomar una decisión. Una última mirada al espejo le descubre la imagen de un hombre esclavizado, enredado en su negro y macabro presente y en las malditas circunstancias que le rodean. Siento repulsión de sí mismo. Un pequeño desvanecimiento. El pánico se asoma a sus ojos y sus manos aprietan fuerte contra la puerta intentando ahuyentar el futuro que le espera al otro lado.


Se asoma a la mirilla, nervioso. Sale de casa gabardina en mano después de ajustarse el nudo de la corbata. Traga saliva y finalmente cierra la puerta. Sabe lo que le espera y duda entre bajar andando alargando la espera, pero finalmente pulsa el botón del ascensor. El corazón se dispara. El timbre de su portero sigue sonando cada vez con más violencia, pero ya no hace caso. “Tranquilos, hijos de puta, ya bajo”…En pocos minutos tendrán lo que andan buscando.


La puerta del ascensor se abre y Luis descubre a Julián que le mira con los ojos en llamas y el sudor resbalándole por la frente.


-“Hola Julián”. Suena desdeñoso y desinteresado.


-“Hola”. Julián apenas puede respirar para responder mientras Luis se coloca a su lado con la mirada perdida en el techo.


Todo transcurre tan deprisa que se hace eterno. Julián da un fuerte respiro y antes de que Luis pueda darse cuenta le ha puesto un cuchillo en el cuello mientras con el otro brazo lo inmoviliza contra la pared del ascensor.
Ocho y dieciséis.


-Joder Julián, qué coño haces…!!! Tranquilo hombre, tranquilo!!! Julián ostias, por dios!!


-Calla, hijo de puta!!!. Cállate o te juro que te dejo seco aquí mismo. Cállate cabrón!!


Planta Baja. La puerta del ascensor se abre y al fondo, el portal deja entreveer una mañana clara y calurosa del mes de Julio.


-Dime qué quieres y te lo daré, de verdad, pero tranquilízate, vamos a hablarlo joder!!! Si quieres dinero, acompáñame a la oficina y te daré lo que necesites. Te lo juro, pero deja el cuchillo, tío!!!


-Qué te calles la puta boca, que te calles la puta boca de usurero que tienes, cabrón!. Que te calles!! Sal. Vamos! Y ni un movimiento raro o te rajo. Te juro que te rajo mamón…


En ese momento, Julián descubre una patrulla de la policía al otro lado del portal. Están esperando a alguien.


-Joder!!! Mierda, joder!!!! ¿qué coño pintan aquí?


Julián, empuja a Luis hasta la escalera del garaje. Improvisa en un ataque de nervios.


"-Vamos a ver Luisito, escúchame puto perro. Ahora vamos a salir los dos juntos como dos buenos vecinos, de acuerdo. El banquero y el desahuciado, dos almas gemelas. ¿Qué te parece? Y te juro que como se te ocurra hacer alguna gilipollez eres hombre muerto, te lo juro!. No tengo nada que perder y me dan igual esos polis. Está claro? Vamos a salir, y nos vamos a ir a la oficina, los dos juntitos. Vas a sacar toda la pasta de la caja fuerte o de donde coño tengáis el dinero de toda la gente de bien a la que tenéis esclavizada, hijo de puta, y la vas a meter en esta bolsa. ¿Está claro? ¿Está claro?


Luis asiente mientras traga saliva.


-Después me darás tu móvil y cortaremos la línea del fijo y todos los cables de los ordenadores, ok?. Te quedarás ahí sentadito en tu puto sillón de mafioso hasta que lleguen tus putos vasallos. Y después, todo habrá pasado, ok? Tú recuperarás tu vida de mamporrero asqueroso y yo podré volver a empezar con la misma decencia con la que tú te levantas cada día, hijo de puta. Con ninguna!!! Me oyes, pedazo de mierda?!!! Con ninguna!!


-No me has dejado elección, Luisito. Todo hubiera sido más fácil si hubieras mostrado un poco de paciencia, un poco de comprensión con mi situación. Pero no, lo importante es sangrar a la gente, y sobre todo al que más jodido está ahora, a ese al primero. A Julián, por confiar en quién no debe. Por dios Luis, eres un hijo de la gran puta, una basura, pero qué coño has hecho?!!!! Yo era tu amigo!!!Yo confié en tí y mira cómo me pagas!!!


-Tú me has llevado a esta situación!! Tú, cabrón, tú eres el culpable!! Veinte años pagando religiosamente una hipoteca axfisiante y en un año me la clavas por la espalda, cabrón!! Has utilizado mi dinero para lucrarte y para llenarte los bolsillos tú y los cuatro especuladores de mierda con los que te ibas de putas!!! Cabrón!! Malnacido!!


Ocho y veinte. Un poco de calma en el portal. Julián y Luis salen juntos a la calle.


-Si haces lo que te digo, todo irá bien. Mañana, podrás quedarte con este puto piso y con todo lo que quieras que yo ya no estaré aquí para verlo. Pero eso será mañana, mamón. Porque hoy te lo cobraré con intereses, como haces tú, ladrón de mierda.


Julián tira de Luis y lo saca del portal con un empujón camino del banco. Calle abajo los policías salen del coche, lentamente, al verles llegar.


-El Sr. Luis de Mingo?


-Sí, soy yo agente, soy yo!
...............



Cuchillada en la garganta. Carreras y disparos al aire. Sangre. Dos hombres muertos en una reyerta con la policía reza el titular. “La detención del banquero Luis de Mingo imputado en varios delitos de fraude y malversación, que se iba a realizar en la mañana de ayer en su domicilio no se pudo llevar a cabo. Un extraño suceso acabó con la vida del financiero que murió en trágicas circunstancias a los pies de su casa mientras la policía judicial esperaba su salida para su detención. En el enfrentamiento murió también J.P.R., autor del apuñalamiento del banquero. La policía tiene indicios de ajuste de cuentas.”

......

Ocho y doce de la mañana. El timbre martillea el sueño de Luis que se incorpora de golpe a voz en grito, sudando y totalmente desencajado.

-Ehhh, mi vida, tranquilo, tranquilo, sssshhhh, ya pasó….Ha sido una pesadilla, tranquilo. Madre mía Luis, ¿ se puede saber qué estabas soñando? Estás empapado en sudor! Anda, date una ducha o llegarás tarde a la oficina.

El timbre sigue sonando. Ocho y veinte. Luis de Mingo sale de su apartamento. Llama al ascensor y baja. Gabardina en mano, traje italiano impoluto y gomina a go-gó. En el portero la policía sigue insistiendo. Saluda sonriente.
Luis llega a la oficina. Alarma off. Luces. Ordenador encendiendo…Un washap llega temprano: “Nos vemos esta noche para hablar de lo del PAU”. Comienza la mañana. Otra más.


Ocho y veinticinco.


-Julián, despierta!! ¿Estás despierto? Están llamando al timbre. Es la policía. Dicen que van a subir ya. ¿qué hacemos? Julián!!

Julián mira en su mesilla y su vista se pierde. Su cuchillo brilla mientras el sol se cuela por las rendijas de la persiana.